domingo, 3 de enero de 2016

Balance del 2015

  Con la llegada del año nuevo, he echado la vista atrás para reflexionar sobre mi actividad bloguera durante el 2015 y la evidencia ha saltado a la vista: mientras que en 2014 llegué a las ciento once entradas, en este año pasado solo he publicado setenta y cuatro; y mientras que en 2014 reseñé veinte obras, este año solo he comentado siete. Me niego a analizar las causas de tan evidente descenso, tanto como a hacerme el propósito de escribir más este año en el blog, porque sé que el año nuevo es la peor época para ello. Pero dicho descenso tiene una consecuencia evidente. Mientras que el año pasado elegí las cuatro obras reseñadas en el blog que me parecían más destacables (Los 4 del 2014), y añadí a ellas un par de accésit, este año no me parece demasiado coherente llevar a cabo tal tarea, ya que el material de partida es bastante escaso. Así, pues, en vez de realizar una selección, intentaré hacer un balance de lo que mis reseñas denotan sobre la poesía infantil en el año 2015. 
  En primer lugar, no puedo ignorar que las reseñas publicadas durante el año pasado revelan dos aspectos fundamentales: por un lado, la disponibilidad de los libros y su relevancia dentro del mercado literario; y, por otro (and last but not least) mis propios gustos literarios, pues hace tiempo que en este blog decidí escribir sobre lo que me gusta o sobre lo que quiero escribir. Eso no significa que escriba solamente sobre aquellas obras que considero de gran calidad, sino que también lo hago sobre aquellas otras que, por sus especiales características o por abrir una brecha dentro de las estéticas dominantes y del sistema literario, merecen ser destacadas. De esta manera, el balance del 2015 podría reflejar tanto ciertas tendencias y corrientes del campo de la poesía infantil como mi propio posición dentro de dicho campo. 
   Como he dicho antes, siete han sido las obras reseñadas durante este año. Por orden de aparición en el blog, son las siguientes: The Song of Wandering Angus, con texto de Yeats e ilustraciones de Marina Marcolin; El libro de las camas, con texto de Sylvia Plath e ilustraciones de Quentin Blake; Concierto a lo Dagoberto, con texto de Luna Baldallo e ilustraciones de Ana Baldallo; Donde nace la noche, con texto de Laura Forchetti e ilustraciones de María Elina; nada de nada, con texto de Daniel Nesquens e ilustraciones de Alberto Gamón; Libro de las lunas, con texto de María Jesús Jabato e ilustraciones de María Bravo; y, por último, la antología Dos orillas y un océano, editado por Pedro C. Cerrillo y Sergio Andricaín. 

  Precisamente, voy a empezar por el final, es decir, por esta última obra, ya que creo que es uno de los grandes acontecimientos de la poesía infantil hispana del año 2015. Supone esta selección un esfuerzo notable por dibujar un canon de este subgénero en español hoy en día, sin atender a criterios generacionales, pues une en un mismo libro autores de este y aquel lado del Atlántico y de muy distintas edades, pero con un rasgo en común: todos ellos están vivos ahora mismo y publicando. Por ello, esta antología va más allá de las antologías típicas de poesía infantil, en las que se solo se recopilan poemas clásicos de autores consagrados (y no necesariamente escritos para niños), y lo hace además tratando el género con total seriedad, usando las mismas herramientas que se utilizan en las selecciones de poesía para/de adultos. 
   El resto de las obras reseñadas reflejan, aun en su escasez, gran parte de las tendencias que marcan la poesía infantil en estos tiempos, tanto desde el punto de vista de las ediciones y los medios de difusión como desde el punto de vista estrictamente textual y literario. 
   De una parte, algunos de los libros reseñados demuestran la vitalidad - crisis obliga - de las opciones editoriales personales y casi personalistas, como El libro de las lunas, Concierto a lo Dagoberto y nada de nada, que han sido editados de forma quasi-artesanal y son apuestas personales de sus autores y editores (que a veces coinciden en la misma persona). Incluso la propia antología Dos orillas y un océano podría estar dentro de esta categoría.  Frente a ellas, los sellos consolidados y con mejor difusión, como Libros del Zorro Rojo o Kalandraka, siguen teniendo representación en este blog. 

   Al mismo tiempo, desde el punto de vista literario, las opciones también resultan bastante significativas. Está representada la que podríamos considerar como tendencia dominante en la poesía infantil (arte menor, influencia de lo popular, etc.) en las obras de Luna Baldallo y de María Jesús Jabato, que conviven en el blog y en el mercado con opciones que van por otros derroteros y que son también distintas entre sí: por un lado, el lirismo elíptico y dickisonsiano de Donde nace la noche; y, por otro, el humor más vanguardista y de raigambre absurda de nada de nada, a mi juicio uno de los grandes libros de este 2015, que además me hace preguntarme por qué esta veta no abunda un poco más en la poesía para niños. Además, la recuperación de clásicos descatalogados ha estado bien representada por El libro de las camas, donde se une el truncado talento de Sylvia Plath con el plenamente desarrollado de Quentin Blake. 
  Por último, no podemos olvidar una tendencia creciente en el ámbito editorial, que consiste en publicar de forma ilustrada obras de autores clásicos, no necesariamente infantiles. En este blog, ha estado representada por la maravillosa versión ilustrada de The Song of Wandering Aengus realizada por la italiana Marina Marcolin, cuyas acuarelas reflejan a la perfección la atmósfera verde, mágica y húmeda de los versos de Yeats, pero también, en la sección de clásicos, por el brevísimo poema de Lorca Arlequín, publicado por Barbara Fiore en forma de desplegable.
  En suma, tal vez 2015 no ha sido en dulcepepinillo un año pródigo en reseñas, pero, inconscientemente, sí que estas, en su relativa escasez, han acabado por reflejar más o menos lo que hay. 


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