martes, 30 de diciembre de 2014

Los 4 del 2014

    Con el fin de año llega el tiempo de los balances tanto en la vida real como en la literatura, y de ahí que empiecen a aparecer en los suplementos y revistas culturales las listas de Lo mejor del año, que generalmente son el resultado de la consulta a varios críticos y autoridades. Es una actividad tan inútil como inevitable, pero que revela nuestra tendencia a echar la vista atrás y de reflexionar sobre lo que ha significado esta división artificial del tiempo por la que nos regimos para bien o para mal y a la que llamamos año. Desde dulcepepinillo no vamos a tratar de resistirnos a esta tendencia natural y, por eso, vamos a elegir los cuatro libros reseñados durante 2014 (aunque no necesariamente publicados en este año) que nos parecen más destacables, siguiendo un criterio estrictamente personal: el gusto propio. Ya que este es un blog personalista, para bien o para mal, y ya que la crítica literaria también es una actividad personalista, para bien o para mal, y que sin duda debería resistirse a las ínfulas pseudo-científicas que atacan a la investigación sobre LIJ, no nos parece incoherente hacerlo así. Repasadas, pues, las veinte obras reseñas aquí durante estos 365 días, nuestros 4 de 2014 son: 

- Retahílas de cielo y tierra: porque sin duda es un acontecimiento digno de aplauso el hecho de que por fin se haya publicado en español este clásico que conserva toda la frescura y calidad del mejor Rodari, y cuya traducción le hace justicia al original manteniendo quizás más el espíritu que la letra, muy bien completada por las ilustraciones de Tomás Hijo, que ha tenido el acierto de que copiar a las originales de Munari, sino de hacer algo completamente distinto.

- El pájaro suerte: porque es el ejemplo paradigmático de lo que tal vez debería ser la poesía para primeros lectores: poemas breves, sin complicaciones de vocabulario y que podría entender perfectamente, pero sin puerilidad ni prosaísmo y sin fiar todo al ritmo y a los recursos reiterativos, y, aun así, llenos de imaginación, y sobre todo de imágenes, metáforas y comparaciones. Una delicia.
- 44 poemas para leer con niños: porque sin duda se trata de una antología novedosa. De Mar Benegas he dudado hasta el final si elegir este libro u otro suyo publicado este año, Abecedario del cuerpo imaginado, pero, pese la calidad de este, creemos que esta antología marca un hito en las selecciones de poesía para niños en español, por el título (ese con es clave) y porque incluye una selección de poemas que va más allá de lo habitual en este tipo de antologías y no tiene miedo a incluir poemas vanguardistas junto a otros muy recientes, y en prescindir de la rima.

- Poesie del giorno, della notte, di ogni cosa intorno: una joya italiana, lírica, delicada, tanto en las ilustraciones como en el texto, que se ha ganado con justicia un puesto aquí a la espera de su traducción al español tanto por apuesta absoluta por el lirismo, lo cual supone cierta novedad dentro de la poesía infantil en general, como por la perfecta conjunción entre un texto magnífico y unas ilustraciones a su altura, las excelentes acuarelas de Marina Marcolin. Un puesto que, dentro del intervalo italiano de este blog, podría haber ocupado también Rime di Rabbia, al que quiero también mencionar aquí, por centrarse en un tema tan infantil como poco tratado, la rabia.

   Y, en fin, pese a que solo son cuatro (para mantener cierta coherencia poética con 2014), no me resisto a conceder dos accésits simbólicos. Uno sería para Pequeño buzo soñoliento, por ser un proyecto realizado con mucho amor por la poesía, y además, un libro de gran calidad que presenta la peculiaridad de estar ilustrado por varios artistas; el otro debe ir con justicia para María Jesús Jabato, que ha destacado este año por haber publicado las dos obras ganadoras de los premios Orihuela, Gorigori, y Luna de Aire, Campo de Lilaila (además de otro, A mares, finalista del primero en una edición anterior), y que con ello se ha convertido en la única persona que ha ganado los tres galardones de poesía para niños que se conceden en España. 

sábado, 27 de diciembre de 2014

El clásico de la semana...

     Ya para cerrar este ciclo de piezas navideñas y musicales, el clásico de esta semana es un hermoso poema de Lope de Vega, al que puso música Eduardo Toldrá dentro de su ciclo Seis canciones castellanas. Dejo aquí dos versiones distintas de dos cantantes españolas: María Bayo y María José Montiel (y no incluyo la de Teresa Berganza porque el enlace de youtube no se sube, pero se puede ver directamente ahí). 


Pues andáis en las palmas,
ángeles santos,
que se duerme mi niño, 
tened los ramos. 

Palmas de Belén
que mueven airados
los furiosos vientos
que suenan tanto:
no le hagáis ruido,
corred más paso,
que se duerme mi niño, 
tened los ramos. 

El niño divino
que está cansado
de llorar en la tierra
por su descanso,
sosegar quiere un poco
del tierno llanto.
Que se duerme mi niño,
tened los ramos. 

Rigurosos yelos
le están cercando,
ya veis que no tengo
con qué guardarlo.
Ángeles divinos
que vais volando, 
que se duerme mi niño,
tened los ramos.













domingo, 21 de diciembre de 2014

miércoles, 17 de diciembre de 2014

El clásico de la semana es...

     

     Esta última semana antes de las fiestas de Navidad, el clásico vuelve a ser inglés, y se trata sin duda de uno de los villancicos más bellos jamás escritos y más populares en Reino Unido, In the Bleak Mid-Winter. Si es tan bello y perdurable es tal vez porque tanto la letra como la música se deben a dos grandes artistas británicos, cada uno en su campo: la poeta Christina Rossetti, hermana del conocido pintor y poeta prerrafaelita Dante Gabriel Rossetti; y el compositor Gustav Holst, autor de la difundida Los planetas, que lo musicó años después. Pocas veces se ha dado una unión tan feliz: la delicada, sutil y levemente melancólica música de Holst es el envoltorio perfecto para los delicados, sutiles y melancólicos versos de Rossetti. Y el resultado es emocionante, de una belleza recogida y profunda, que aquí dejo en la excelente versión de The Sixteen. 




In the bleak mid-winter
Frosty wind made moan,
Earth stood hard as iron,
Water like a stone;
Snow had fallen, snow on snow,
Snow on snow,
In the bleak mid-winter
Long ago.

Our God, Heaven cannot hold Him
Nor earth sustain;
Heaven and earth shall flee away
When He comes to reign:
In the bleak mid-winter
A stable-place sufficed
The Lord God Almighty,
Jesus Christ.

Enough for Him, whom cherubim
Worship night and day,
A breast ful of milk,
And a mangerful of hay;
Enough for Him, whom angels
Fall down before,
The ox and ass and camel
Which adore.

Angels and archangels
May have gathered there,
Cherubim and seraphim
Thronged the air -
But only His mother
In her maiden bliss
Worshipped the Beloved
With a kiss.

What can I give Him,
Poor as I am?
If I were a shepherd
I would bring a lamb;
If I were a wise man
I would do my part;
Yet what I can, I give Him -
Give my heart.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Un día en el mar





Carbonell, Paula (texto) y Pourchet, Marjorie (ilustración), Un día en el mar, Fraga, La Fragatina, 2014 

         Siempre es una  buena noticia ver que un autor de trayectoria más o menos consolidada es capaz de dar un salto y ofrecer una obra distinta a las anteriores, como ocurre con  Paula Carbonell y su nuevo álbum, Un día en el mar. Si bien sus dos primeras obras, El viaje de las mariposas y Buscando el norte, acusaban una clara influencia de la literatura popular que más adelante se confirmaría y quizás llegara al culmen de su poética en su versión propia del Gallito Pelón, reconocido recientemente en la lista White Ravens como uno de los álbumes más bellos publicados en 2013, su tercer libro, Un perro y un gato, que tuvimos la ocasión de reseñar en Babar hace unos años, iniciaba una vía distinta, mucho menos dependiente del cuento popular y de la influencia de la literatura tradicional, más desnuda, y con más confianza en los recursos de la propia narración sin necesidad de recurrir a las figuras de repetición. Un tipo de discurso que podríamos calificar de minimalista en la medida en que se despojaba de casi todo lo que no era estrictamente necesario para el desarrollo de la narración, lo cual, en las obras para primeros lectores, que por definición constan de poco texto y mucha ilustración, significa hablar de un adelgazamiento total.
         Sin embargo, en este nuevo libro, Un día en el mar, la autora da un giro de otro tipo, hacia un decidido lirismo. Es posible que se escribiera antes de Un perro y un gato, pues podría considerarse un texto de transición en el que no se renuncia a ciertos recursos propios de la poesía y la narrativa popular que han pasado al álbum con naturalidad (las estructuras repetitivas, por ejemplo) pero no se basa completamente en ellos el avance de la narración, en todo caso mucho menos clara aquí y más evanescente, como sí pasaba en los dos primeros álbumes. Por eso se podría ver aquí un primer paso hacia la desnudez conseguida en Un perro y un gato, este sí un libro que no acusa huella alguna de la literatura popular.
        Es cierto que en Un día en el mar se usan las estructuras basadas en la repetición anafórica de palabras clave en las secuencias de la parte central de la narración, que además figuran en negrita y de mayor tamaño (“SOS”; “Un, dos, tres…”), pero no constituyen el esqueleto de la narración; aquí hay una estructura bien construida pero mucho más difusa y sutil. Esto es así sin duda porque Un día en el mar es una muestra de lo que María del Rosario Neira Piñeiro ha llamado álbum lírico o álbum de poesía lírica, entendido como “un libro en el que se combinan imágenes impresas secuenciadas con un texto literario en verso perteneciente al género lírico, de tal modo que ambos elementos expresivos (verbal y visual) forman una unidad estética y confluyen en la construcción de sentido, dando como resultado una obra hecha de palabras e imágenes donde prima lo descriptivo, lo lúdico, la expresión de sentimientos y emociones o la representación de una visión subjetiva del mundo”. Según Neira, este tipo de texto puede dividirse en dos: libro de poemas, antología de poemas y otras tipologías semejantes, por un lado; y álbum poema, por otro lado. Este libro pertenece claramente a la segunda categoría, que se caracteriza, siempre según Neira, por los siguientes rasgos: por una parta, está constituido por un único texto literario unido a una serie de imágenes secuenciadas; por otra, las imágenes poseen una clara organización secuencial, que se construye tanto según estructuras como siguiendo la evolución de los estados de ánimo, las emociones y los pensamientos del yo poético, pero que sobre todo lo hace a través de un claro componente narrativo que facilita la secuenciación de las ilustraciones.
        Todo ello se da en Un día en el mar, que contiene una historia más evocativa que narrativa (de ahí su lirismo), y en el que se observa un uso un tanto complejo y problemático de la perspectiva narrativa, porque es un libro narrado (si este término es correcto) desde el punto de vista de la madre protagonista, pero que se podría considerar un narrador en primera persona falso testigo, pues por lógica no podría contemplar la aventura de su hija en el mar, y sin embargo no se produce un cambio de narrador durante la peripecia. Por eso podemos casi considerar a este yo más lírico que narrativo, porque es más evocativo que puramente narrativo, y porque la propia organización de la trama insinúa y la combinación entre texto e ilustración que es más un yo evocador (y, por tanto, lírico) que testigo o narrador.
       En la primera secuencia está la madre leyendo en la playa mientras María, su hija y protagonista de la historia, encuentra “Un frasco de cristal / con un mensaje / por descifrar”; a partir de ahí María empieza a nadar (o a volar, por usar la metáfora que se utiliza en el texto) y vive una aventura que la lleva a conocer una sirena (“No es una sardina, / es una sirena / en una pecera / con un escritorio / y muchas botellas”) al que un pescador hizo prisionera y agasajó con perfumes y perlas, y a la que María ayuda a escapar, aunque rechaza su ofrecimiento de quedarse con las perlas, sin duda símbolo negativo de encarcelamiento y falta de libertad, como gotas de agua muerta. En ese momento, la acción se corta bruscamente y volvemos a encontrar a la madre en escena, que vuelve a recuperar el punto de vista perdido en aras de María y la sirena (“Me gusta mirarla / mientras ella vuela”, dice de su hija). Y aquí es donde se revela el carácter tal vez metafórico y más amplio del verbo, porque volar es nadar, pero volar tal vez sea también jugar, dejar volar la imaginación y ver a María liberando a una sirena, antes de que el día acabe (“La tarde se esfuma (…) / El presente se esconde (…) / La playa vacía”) y con él la libertad de disfrutar solas del mar y de la ensoñación. Así, en este álbum hay una calculada ambigüedad en la resolución de la historia, porque ¿es todo fruto de la imaginación de la madre o es algo que de verdad le pasa a la protagonista? Da igual. Sería, por tanto, este álbum una manifestación del concepto de literatura fantástica de Todorov, basado en la ambigüedad y la doble interpretación, y a que no son ajenos clásicos de la literatura infantil como Alicia en el país de las maravillas o El mago de Oz.  
       Un texto tan altamente poético, atmosférico y evanescente como este exigía sin duda unas ilustraciones que plasmaran bien toda esta ambigüedad y el carácter evocativo de la narración. Y hay que decir que la elección de Marjorie Pourchet no ha podido ser más acertada. Si una obra literaria ilustrada ha alcanzado el éxito cuando nos cuesta imaginarla con otro tipo de ilustraciones, en este caso la ilustradora ha conseguido ese fin. Pourchet lo consigue, sobre todo, a través de un buen manejo tanto de la línea como del color. La primera le permite crear formas dinámicas que, por ejemplo, en la figura de la niña protagonista logran plasmar el movimiento y la ligereza del vuelo del que el propio texto habla, sobre todo en imágenes tan poderosas como aquella en la que María va en la cresta de la ola, amén de recrear con exactitud detallista (y un tanto surrealista) los objetos que atesora la sirena prisionera en la pecera, que se recortan ante nuestra mirada con suma claridad. El color, por su parte, se convierte sin duda en el gran recurso del álbum. La elección de colores poco saturados, muy difuminados, se alía a la perfección con una textura acuosa en todas las secuencias que casa muy bien con la atmósfera marina en que se desarrolla la historia. Además, hay una cuidadísima elección de los colores, que gira en torno a la combinación de dos colores principales: el rojo coral y el verde agua. El verde es el color marco de todas las ilustraciones, el que predomina en la plasmación del escenario playero, del agua, de la madre, de la madre. El rojo, en cambio, es el color del bañador de la protagonista, de su toalla, de varios de los objetos de la sirena y, sobre todo, de los corales que vemos combinados con nubes las guardas, los cuales funcionarán como leit motif visual de las secuencias, ya que se pueden ver en casi cada una de ella. El rojo se convierte así en el símbolo visual de la novedad y de lo inesperado, que es el verdadero tema de este álbum: cómo puede surgir lo inesperado (es decir, lo rojo) en medio de la normalidad (el verde). Al final, y no por casualidad, el cielo nublado, que en la primera secuencia y en las siguientes siempre ha sido verde, ahora tiene tonos también rojizos: es como si la magia que ha vivido María contagiase el lugar donde ha vivido su aventura, en una plasmación del mismo que remite a la proyección romántica subjetiva en el paisaje. En ese final, María, envuelta en su toalla roja (es decir, investida por la novedad y lo imaginario) mira hacia la boya amarilla donde encontró a la sirena, cuando ya está a punto de desaparecer por la parte derecha de la página, en un gesto de felicidad, de satisfacción, pero también de levísima nostalgia, mientras desde arriba su madre, que pone su mano en la cabeza de la niña, la mira con una expresión muy parecida, aunque llena de ternura. Ambas están a punto de dejar ese día mágico y volver, quizás, a la normalidad, como el lector está a punto de cerrar este libro mágico y dejar dentro “la playa vacía”, a la madre e hija, a la sirena, aunque bañado por la ola de belleza y emoción que todo buen álbum, como completa experiencia estética que es, le regala.

sábado, 13 de diciembre de 2014

Lecturas recomendadas

Una lista, no canónica, de títulos interesantes para toda biblioteca infantil (en Babelia).

Gemma Lluch. Profesora de la Universidad de Valencia. Experta en literatura infantil y juvenil

Luces en el canal, de David Fernández Sifres (SM)
La cocina de noche, de Maurice Sendak (Kalandraka)
Yo puedo, de Susan Winters (Ekaré)
Issun Bôshi, de Icinori (Kalandraka)
Historias de ratones, de Arnold Lobel (Kalandraka)

Inés Puig Vázquez. Maestra y fundadora de Leoteca

El tragasueños, de Michael Ende (Juventud)
Los niños de las raíces, de Sybille von Olfers (ING Edicions)
Olivia, de Ian Falconer (Fondo de Cultura Económica)
El gran libro de cuentos para niños, de Franz Hohler y Nikolaus Heidelbach (Juventud)
Leche del sueño, de Leonora Carrington (Fondo de Cultura Económica)

Enrique García Ballesteros. Librero, Venir a cuento (Madrid)

¿Dónde está mi zapato?, de Tomi Ungerer (Kalandraka)
Rosa caramelo, de Adela Turín (Kalandraka)
Tío Budo, de Víctor Coyote (Fulgencio Pimentel)
El monstruo rosa, de Olga de Dios (Apila Asociación Cultural)
Manu en la playa, de Diego Arandoja (Bang Ediciones)

Daniel Nesquens. Escritor

Cuando el mundo era joven todavía, de Jüre Schubiger (Anaya)
Un gorila, Anthony Browne (Kalandraka)
Prohibido leer a Lewis Carroll, de Diego Arboleda (Anaya)
Eloísa está debajo de un almendro, de Jardiel Poncela
Pom… Pom… ¡Pompibol!, de Javier Sáez Castán (Anaya)

Lo mejor del año según "Babelia"

Lo mejor del año, según los expertos consultados por Babelia

ÁLBUM ILUSTRADO

1. La cocina de noche. Maurice Sendak. Kalandraka.
2. 12 poemas de Federico García Lorca. Ilustraciones de Gabriel Pacheco. Kalandraka.
3. Ahab y la ballena blanca. Manuel Marsol. Edelvives.
4. Todos mis patitos. Janosch. Libros del Zorro Rojo.
5. El lago de los cisnes. Charlotte Gastaut. Thule.

PRIMEROS LECTORES

1. El tesoro de Barracuda. Llanos Campos. Ilustraciones de Júlia Sardà. SM.
2. El libro de las camas. Sylvia Plath. Ilustraciones de Quentin Blake. Libros del Zorro Rojo.
3. Escarabajo en compañía. Pep Bruno. Ilustraciones de Rocío Martínez. Ekaré.
4. El hombrecito vestido de gris y otros cuentos. Fernando Alonso. Ilustraciones de Ulises Wensell. Kalandraka.
5. Matti y Sami y los tres errores más grandes del universo. Salah Naoura. Lóguez.

NOVELA JUVENIL

1. Al sur de la Alameda. Lola Larra. Ilustraciones de Vicente Reinamontes. Ekaré.
2. El rey Matías I. Janusz Korczak. Nube de Tinta.
3. Alianzas. Cuentos de la luna llena. Iria G. Parente y Selene M. Pascual. Everest.
4. Los libros de A. Josep Lluís Badal. Ilustraciones de Zuzanna Celej. La Galera.
5. Ciudades de papel. John Green. Nube de Tinta

viernes, 12 de diciembre de 2014

El clásico de la semana es...



Para Manuel Millán, que no solo es músico: 
es música.


       Niño Dios d'amor herido, de Francisco Guerrero, para seguir con entradas propias de esta época que se avecina y para demostrar que en España tenemos piezas navideñas tan hermosas como estas, una de las músicas más bellas jamás escritas (y lo digo sin hipérbole alguna).

jueves, 4 de diciembre de 2014

El clásico de la semana es...


Dada la cercanía de ciertas fechas, un villancico, por supuesto, o más bien un Christmas Carol: The Twelve Day of Christmas. No lo he elegido por ser yo un snob extranjerizante que solo ve lo bueno fuera de nuestro país, sino por una cuestión puramente estética. En cuanto se acerca la Navidad, nuestros sensibles oídos deben padecer en toda suerte de centros comerciales y locales públicos las horrendas y chirriantes grabaciones de villancicos españoles por parte de voces infantiles insoportablemente agudas, como de monaguillos estrangulados, que pueden convertir al más firme partidario de estas fiestas en Mr. Scrooge y hundir al más firme detractor en la más negra de las depresiones. No tengo ninguna duda de que nuestra tradición musical navideña sea tan rica como la de los demás países (y, además, hay muestras sublimes de polifonía renacentista, como el bellísimo Niño Dios de Amor herido), pero la inexistencia de grabaciones de calidad – o, al menos, el desconocimiento de grabaciones dignas por parte de los responsables de emitir la música en lugares  públicos – hace que nuestros preciosos villancicos lleguen a nuestros oídos como insoportables cantinelas. En otros lugares, y especialmente dentro de los países anglosajones, no solo tienen la suerte de contar con un patrimonio musical navideño muy bello, de los mejores del mundo diría yo, sino también de interpretaciones a su altura, por grupos vocales de calidad.
Uno de mis preferidos es este 12 Days of Christmas, un ejemplo arquetípico de canción popular de estructura acumulativa, en el que se van sumando en cada secuencia nuevos animales hasta llegar a la duodécima noche de Navidad, es decir, la Noche de Reyes.
Dejo aquí la letra y tres vídeos con otras tantas versiones distintas, a falta de enlace a una de mis favoritas, la del coro inglés de cámara Voces 8. Una es de un coro de jovencísimas cantantes americanas que dan un simpático toque navideño al villancico; otro, más canónico, del Coro de la Catedral de Wells ; y, last but not least, una grabación en alemán con la mismísima Julie Andrews demostrando una vez más que en realidad ella era una actriz cómica y que solo el hecho de que se cruzaran en su camino Mary Poppins y María hizo creer al público que era una ñoña. 




On the first day of Christmas
my true love sent to me:
A Partridge in a Pear Tree. 

On the second day of Christmas
my true love sent to me:
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the third day of Christmas
my true love sent to me:
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the fourth day of Christmas
my true love sent to me:
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the fifth day of Christmas
my true love sent to me:
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the sixth day of Christmas
my true love sent to me:
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the seventh day of Christmas
my true love sent to me:
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the eighth day of Christmas
my true love sent to me:
Eight Maids a Milking
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the ninth day of Christmas
my true love sent to me:
Nine Ladies Dancing
Eight Maids a Milking
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the tenth day of Christmas
my true love sent to me:
Ten Lords a Leaping
Nine Ladies Dancing
Eight Maids a Milking
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the eleventh day of Christmas
my true love sent to me:
Eleven Pipers Piping
Ten Lords a Leaping
Nine Ladies Dancing
Eight Maids a Milking
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree. 

On the twelfth day of Christmas
my true love sent to me:
twelve Drummers Drumming
Eleven Pipers Piping
Ten Lords a Leaping
Nine Ladies Dancing
Eight Maids a Milking
Seven Swans a Swimming
Six Geese a Laying
Five Golden Rings
Four Calling Birds
Three French Hens
Two Turtle Doves
and a Partridge in a Pear Tree.

martes, 2 de diciembre de 2014

10000


 
Este blog acaba de alcanzar las 10000 visitas.

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